Las peores no son las terroríficas... las que te hacen despertar de golpe, sudando, en medio de la noche... no. Las más infames son aquellas en las que tú eres el miserable de la historia, el que sobra; el que no puede participar de la alegría de los demás... aquel que todos mueren por olvidar para siempre.
Hoy me desperté con esa sensación... y temo que esos tintes depresivos embarren mi día. Sé que le importo a mucha gente... sólo que ayer, mi subconsciente despertó un tanto emo.
martes, 6 de noviembre de 2007
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