Al parecer, el peligro del bombardeo subliminal ya no es nada más artilugio de las grandes compañías tabacaleras y Disney. Ahora hasta los blogs pretenden decirnos cosas directamente al subconsciente.
Miren y díganme si no es cierto:

¿Coincidencia? No lo creo.
Miren y díganme si no es cierto:

¿Coincidencia? No lo creo.
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