Hoy me regalaron una tacita con el logo de la empresa. Tiene mi nombre y toda la cosa. Hace como una semana me regalaron una agenda para el 2008. Todo está muy lindo...
Lo que no me explico es, ¿por qué ahora? Faltan dos días para que termine mis deberes aquí y vuelva a las frescas aulas escolares donde jóvenes mentes absorben las mieles del conocimiento y expresan opiniones en un ambiente vanguardista y sin prejuicios... ¿no deberían darle esa agenda a otro miembro del personal que entra y sale como balazo furioso de la oficina? ¿no debería importarles un rábano lo que será de mí el próximo año y desperdiciar una taza grabada (con valor de 48 pesos) en alguien más?
Así que me puse a pensar un poco... (ejem) y creo que he llegado a la posible explicación: me tienen controlado mediante drogas neurológicas que distorsionan la percepción temporal y me hacen creer que cada nuevo día es miércoles 26 de diciembre de 2007,
el penúltimo día laboral de mi vida de oficinista*. Al mismo tiempo, han borrado todo recuerdo de los días repetidos para que cada vez que la rutina laboral reinicie yo la experimente como algo nuevo. Sobra decir que en caso de que esto sea cierto, mi entorno es ficticio en su totalidad. De manera que este post jamás verá la luz del mundo "real"...
... y aún si alguien demostrara lo contrario por medio de la red, ¿cómo sabré que no es también un producto de mi controlada imaginación?
19 horas hábiles y contando. Trataré de liberarme del yugo mental... aunque sea asomándome a cada rato a la puerta a la espera de que un negro pelón entre a ofrecerme una píldora roja.
toothpastefordinner.comDe chiquito llegué a pensar que mis papás eran de otro planeta, pero nunca pude demostrarlo. Quizás fue la primera impresión del descubrimiento de una realidad superior a la mía... ¿nuestra?
*Nótese el drama televisivo de una idea destinada al fracaso.